En MUA, nos sentimos desconsoladas de que las familias que huyen por sus vidas sean nuevamente utilizadas durante una campaña presidencial y de que Estados Unidos esté incumpliendo sus obligaciones de respetar el derecho internacional de los derechos humanos.
Durante más de 30 años, las miembras de Mujeres Unidas y Activas (MUA) han luchado para proteger y fortalecer las políticas de asilo y santuario para quienes huyen de la violencia. Ahora estamos siendo testigos de una nueva violacion a los Tratados Internacionales de los Derechos Humanos y de la básica decencia humana, ya que la administración Biden utiliza la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) para ‘cerrar’ la frontera y rechazar solicitudes de asilo legítimas. Esta regla resultará indudablemente en el retorno indebido de refugiados a países donde enfrentan persecución y tortura.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) anunció que a partir del 5 de junio las personas que crucen la frontera “generalmente no serán elegibles para el asilo” al menos que tengan una cita preprogramada con “CBP One” en un puerto de entrada oficial. Esta política cruel afectará desproporcionadamente a las familias con niños, que actualmente representan el 40 por ciento de quienes cruzan la frontera. También tendrá un impacto desproporcionado en los solicitantes de asilo negros, indígenas y discapacitados, y otros que han tenido una extrema dificultad accediendo la aplicación de CBP del gobierno, lo que ha dejado a muchas personas varadas en México durante meses.
Bajo la nueva regla de la administración, las personas sólo tendrán la oportunidad de buscar protección si pasan l ‘prueba de gritos’, lo que significa que, sin que se les hagan preguntas sobre sus circunstancias, convencen a un oficial de la Patrulla Fronteriza de que temen por su vida. Esto pone a los solicitantes de asilo en manos de patrulleros con un historial de maltrato, desestimando sus temores y buscando aumentar las deportaciones, en vez de jueces calificados o oficiales de asilo. Las personas que puedan convencer a un oficial para que escuche serán obligadas a comprobar su riesgo de muerte con un estándar más alto que antes, incluso más allá de lo que se implementó bajo la administración Trump con su política del Título 42. Si pueden cumplir con ese estándar, sólo serán elegibles para formas menores de protección humanitaria que, a diferencia del asilo, no brindan un camino hacia la ciudadanía ni vías para la reunificación familiar.
Basado en un análisis legal del American Immigration Council, la Sección 212(f) de la INA (Ley de Inmigración y Nacionalidad) no otorga al Presidente el poder de subvertir otras leyes establecidas tal como la Sección 208 de la INA, que, al igual que la Ley de Refugiados de 1980, otorga a cualquier persona que llegue a los EE.UU., ya sea a través de un puerto de entrada designado o no, el derecho a solicitar asilo.
Por esta razón, MUA apoya a CGRS y sus socios en la presentación de una demanda contra el gobierno de Biden. Exigimos la revocación de esta inhumana política fronteriza por ser una violación de los derechos humanos y de la ley establecida. Continuaremos luchando por un sistema de inmigración justo que priorice la seguridad de los solicitantes de asilo y proteja los derechos humanos.
Animamos a nuestras miembras y aliados a unirse con MUA en la oposición a la nueva regla enviando un comentario público antes de la fecha límite del gobierno el 8 de julio.
Maria G., una solicitante de asilo de Guatemala y miembra de MUA, dice: “El presidente Joe Biden ha hecho muchas cosas en contra de los inmigrantes. Le imploro que no cierre la frontera y que dé audiencia a todos los casos de asilo. Muchas personas no pueden regresar a su país porque están en riesgo de muerte, violencia y mucho más. Él no conoce las condiciones de los diferentes países ni las situaciones que enfrentamos en nuestros países.”
Juana Flores, Directora Ejecutiva de MUA, dice: “Los cambios administrativos realizados por el presidente Biden respecto a la oportunidad de solicitar asilo son inconcebibles para cualquiera que huya de la violencia. Los solicitantes de asilo arriesgan todo para llegar a este país—un viaje que no es fácil—para escapar del crimen, las masacres y la muerte. Llegan con un profundo trauma por sus experiencias pasadas y su viaje, enfrentando abusos y leyes que no ofrecen protección.”