Saltar al contenido

Con la victoria de Trump, las organizaciones de derechos de inmigrantes en Oakland y SF se preparan para otra larga lucha.

Entrada |

Inmigrantes de todas las edades ya están preocupados por su futuro y seguridad.

Por Jose Fermoso | Publicado por The Oaklandside | Nov. 7, 2024

Cada semana, un grupo de mujeres inmigrantes se reúne en el Women’s Building, en el Distrito de la Misión de San Francisco, para una reunión comunitaria. Detrás de la hermosa pintura del edificio, que presenta representaciones de heroínas reales y míticas, la gente generalmente discute los problemas específicos que han surgido en su camino de inmigración, como la dificultad de llenar formularios de trabajo o pagar impuestos.

Este miércoles, en cambio, hablaron sobre cómo actuar cuando un policía intenta detenerlos en la calle.

Alli fue la primera reunión en la segunda era de Trump. Mujeres Unidas y Activas, es una organización sin fines de lucro enfocada en la protección de los derechos de los inmigrantes, y organizó el evento, al que asistieron casi 30 personas de toda el Área de la Bahía. Las elecciones del martes las llevaron a abrirse y compartir sus pensamientos y temores sobre los planes de un hombre cual su administración anterior afecto violentamente a sus vidas y a las de sus seres queridos.

Alma Santana, directora de derechos de inmigrantes en Mujeres Unidas y Activas, la conversación fue pragmática, centrada en los planes básicos que las personas pueden comenzar a hacer para prepararse ante posibles redadas migratorias. Cómo lidiar con la policía, qué documentos tener a mano, cómo presentar esos documentos: incluso los detalles más pequeños deben estar planeados de antemano. El grupo también menciono que los inmigrantes mantienen sus derechos como trabajadores y como seres humanos, incluso si no tienen papeles legales.

“Queríamos intentar mantener la calma y prepararnos para lo que venía,” dijo Santana.

La mayoría de quienes asistieron a la reunión eran mujeres con miedo a la deportación; algunas ya pensaban en empacar sus maletas para regresar a su país de origen. Otras estaban preocupadas por lo que sucedería si las deportaban y tenían que dejar a sus hijos en Estados Unidos. Algunas también temían que sus hijos perdieran oportunidades futuras si se los llevaban con ellas.

Santana dijo que los líderes del grupo enfatizaron que están trabajando para fortalecer sus lazos con aliados que puedan ayudar en caso de ataques coordinados, especialmente con la fuerza combinada de ICE y los departamentos de policía locales. Actualmente están buscando asociarse con abogados que puedan representar sus casos en la corte. También están buscando nuevos aliados políticos que eventualmente puedan ayudar a desarrollar un camino directo hacia la ciudadanía.

Santana expresó su frustración con el resultado de las elecciones, pero dijo que tanto ella como sus colegas creen que “algo bueno” saldrá de este “fuego” recién encendido.

Sylvia Lopez, quien trabaja en el área de participación cívica de la organización, creció en el estado mexicano de Oaxaca y lleva casi 20 años organizando acciones para inmigrantes. También estuvo presente en la reunión. Ella mencionó que sus mayores preocupaciones en las últimas 24 horas son sobre el aumento de la violencia y discriminación que los inmigrantes indocumentados probablemente enfrentarán, incluso en el Área de la Bahía, que es supuestamente liberal. Por eso es tan importante conectar con aliados.

“Es crucial mantener comunicación con organizaciones como El Centro Legal de La Raza [en el distrito de Fruitvale en Oakland] para atender problemas de último minuto,” señaló.

Esa coordinación requiere un sistema de comunicación. El equipo de Mujeres Unidas y Activas utilizará servicios de mensajería de texto y WhatsApp para que los miembros puedan comunicarse con sus clientes en cualquier momento y responder lo más rápido posible.

Lopez expresó su confianza en que su grupo podrá enfrentar la ola de ataques que se avecina. Debido a que Mujeres Unidas y Activas está bien posicionada dentro de la comunidad inmigrante, Lopez y sus colegas tienen un entendimiento claro de cómo ayudar y a quiénes más lo necesitan.

Otras organizaciones locales y estatales ya están en conversaciones para dar una respuesta coordinada a los ataques.

El personal del California Immigrant Policy Center, con oficinas en Oakland y Los Ángeles y enfocado en la aprobación de políticas de inmigración progresistas, pasó la mayor parte del miércoles en reuniones para discutir cómo responder a la elección de Trump.

El director ejecutivo, Masih Fouladi, declaró el miércoles que el grupo estaba “profundamente decepcionado” de que el candidato republicano hubiera ganado tras liderar una campaña de odio y xenofobia contra los inmigrantes. Se centró en las victorias anteriores contra la administración de Trump y llamó a los líderes locales y estatales a rechazar nuevamente las deportaciones.

“Debemos recordar que ya hemos pasado por esto. Juntos, resistimos los peores impulsos de Trump y rechazamos sus políticas más devastadoras”, dijo. “Este es el momento de organizarnos y construir poder. Este es el momento de acercarnos a las organizaciones comunitarias y ofrecer nuestra fuerza a este movimiento.”

Aquí en Oakland, algunos miembros actuales y futuros del concejo de distritos con grandes poblaciones de inmigrantes ya están considerando cómo contrarrestar el enfoque esperado en deportaciones, lo que algunos creen que también podría poner en peligro a inmigrantes legales.

Janani Ramachandran, concejala del Distrito 4 e hija de inmigrantes, dijo a The Oaklandside que aún está procesando los resultados de la elección y que está pensando en la “hermosa y diversa comunidad de inmigrantes” de Oakland.

Cuando estaba en sus 20 años, Ramachandran fue gestora de casos en una clínica de salud, donde trabajó con personas indocumentadas y sobrevivientes de violencia doméstica, en su mayoría mujeres. Más tarde, trabajó como abogada en el Centro Legal de la Raza, donde dijo que los inmigrantes comenzaron a preocuparse más por represalias de sus jefes al defender sus derechos laborales.

“Recuerdo que, incluso antes de la toma de posesión de Trump, había una atmósfera intensa de miedo ante las amenazas de lo que podrían ser impactos inmediatos. No puedo imaginar cuántas miles de personas en Oakland están experimentando eso [otra vez],” dijo.

La concejala expresó que trabajaría con otros líderes para asegurar que la designación de Oakland como ciudad santuario se mantenga.

“No me importa quién esté tomando posesión [de cargos locales], porque sea quien sea, a partir del 5 de enero, tenemos que dejar atrás la política mezquina y alinearnos, porque las etiquetas políticas en Oakland no significan absolutamente nada en comparación con lo que enfrentamos a nivel nacional,” comentó.

Ken Houston, quien lidera la carrera por el Distrito 7, dijo a The Oaklandside que la ciudad debería seguir priorizando su compromiso de proteger a todos sus residentes, independientemente de su estatus migratorio.

Si es elegido, Houston dijo que su oficina limitará la colaboración con la agencia de inmigración federal “según lo permita la ley” para que las personas indocumentadas “se sientan seguras al buscar servicios esenciales, reportar delitos y contribuir a nuestra comunidad.”

Iris Merriouns, quien está detrás de Houston pero aún podría ganar debido al sistema de votación por orden de preferencia, dijo que se sentía “devastada” por la elección y que también trabajaría arduamente con la comunidad para abordar los problemas más desafiantes relacionados con la inmigración. Merriouns expresó su deseo de garantizar que los inmigrantes tengan acceso a vivienda y se sientan seguros manteniendo el estatus de santuario de la ciudad. Le preocupa especialmente que los inmigrantes sean explotados si temen más pedir ayuda. En un ambiente más represivo, los inmigrantes corren mayor riesgo de ser víctimas de trata o de quedar atrapados en relaciones violentas, señaló.

“Necesitamos involucrarnos con la comunidad inmigrante, especialmente los jóvenes, y asegurarnos de que estamos atendiendo las necesidades de nuestra comunidad,” dijo. “Si rompemos las familias y los proveedores no están aquí, entonces ¿qué? Necesitan poder navegar en nuestros sistemas.”

Desde que aprobó una resolución en 1986 como Ciudad Refugio, Oakland ha sido una ciudad santuario para inmigrantes. Pocas semanas después de que Trump ganara la elección en 2016, el consejo reafirmó ese estatus con una resolución que declaraba que los residentes aquí esperaban que los inmigrantes pudieran vivir sus vidas “sin temor a ser arrestados o reportados a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos.”

En los años siguientes, varias otras resoluciones fueron aprobadas por las comisiones de la ciudad para fortalecer esa postura, incluida una ordenanza que instruía a la ciudad a romper un acuerdo de cooperación con ICE y otra para asegurar que no se destinaran “recursos para ayudar o cooperar en ninguna investigación, detención, procedimiento de arresto u operación pública o encubierta de ICE, incluyendo cualquier subdivisión de ICE, sin importar el propósito declarado por ICE para dicho procedimiento u operación.”